Cinturones abrochados y listos para poner rumbo al teatro.
Al llegar, aún quedaba un paseo hasta la puerta del teatro, así que en nuestra filita de nuevo comenzamos a caminar. Sin salirnos, sin caernos y mirando bien por donde vamos. La gente se sorprendía al vernos.
Llegamos por fin a la Sala Cero y empieza la función. Pudísteis ver un poco en los stories de Instagram, pero la cámara de fotos la tuvimos que guardar para no molestar.
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